miércoles, 30 de octubre de 2013

¡Al rico fruto seco!

Llega el otoño y cambiamos la fruta de temporada que hemos estado comiendo durante los tres meses del verano por otros productos naturales, como son las nueces, castañas, avellanas,... en definitiva los frutos secos. 

Los frutos secos son semillas recubiertas por una cáscara más o menos dura, en función de las especies y, cuya composición está constituida por pocos hidratos de carbono, muchas grasas y menos del 50% de agua.

Los frutos secos son alimentos típicos de la dieta mediterránea con un alto contenido energético, de grasas insaturadas y de fibra, pero bajo en grasa saturadas; nos proporcionan proteínas vegetales, antioxidantes, vitaminas y numerosas sustancias bioactivas; además, contienen una elevada concentración de minerales en su interior, garantizando nuestros niveles de oligoelementos estable.

Diversos estudios demuestran que las grasas que los frutos secos presentan en su interior son saludables, ya que van ayudar a disminuir el nivel de colesterol malo (LDL) y a aumentar los niveles de colesterol bueno (HDL), lo que tiene gran importancia, pues el colesterol malo procede del hígado y va a pasar a los vasos sanguíneos acumulándose en ellos uniéndose a las paredes de estos, aumentando el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. 
Mientras que la función del colesterol bueno es desplazarse por venas y arterias para eliminar el colesterol malo que se encuentra adherido a las paredes; por lo tanto, podemos decir que los frutos secos van a prevenir enfermedades cardiovasculares y también son alimentos cardioprotectores.

Además de grasas albergan antioxidantes, muy importantes a la hora de combatir la acción de los radicales libres, que son sustancias responsables del envejecimiento y de enfermedades degenerativas como el alzheimer, parkinson,... Un tipo de antioxidante son los tocoferoles, que van a proteger a las lipoproteínas LDL (transportan colesterol a tejidos periféricos, evitando que se acumule en las paredes arteriales) frente a dichos radicales libres. Tienen, también, vitamina B, que ayuda a aliviar la fatiga, el estrés o el síndrome premestrual.


A continuación vamos a hablar sobre las propiedades de los frutos secos más consumidos en nuestro país:

Nueces: de las que ya hemos hablado con anterioridad, podéis consultar aquí toda la información.

Castañas: tan típicas de nuestras tierras gallegas. Además de los beneficios anteriores, las castañas, favorecen el rejuvenecimiento de nuestra piel, ayudan  a mantener la firmeza de los pechos y previenen la anemia (falta de hierro). A pesar de todo esto, son los frutos secos con menos cantidad calorías. 

Cacahuetes: presentan un alto contenido del aminoácido tirosina, importante para la síntesis de hormonas como la dopamina y serotonina (hormonas de la felicidad), por eso se consideran antidepresivos naturales. También favorecen la conservación de la piel. La mayor parte de sus propiedades beneficiosas para la salud se encuentran en la piel rojiza que los rodea, por eso se recomienda no sacarla.

Avellanas y almendras: son los frutos secos con mayor cantidad de ácidos grasos monoinsaturados, destacando el ácido fólico y tanto unas como otras ayudan a mantener nuestras capacidades mentales al cien por cien.



Con esto finalizamos la entrada de hoy, esperamos que os resulte interesante y que disfrutéis de los frutos secos.



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