viernes, 18 de octubre de 2013

Keep calm and don´t stress 1.0

06:45 am: Suena el despertador, te levantas muerto de sueño y tardas en convertirte en un ser racional unos cinco minutos; a continuación realizas tu ducha diaria y tomas el café con leche de todos los días con dos cucharaditas de azúcar.

07:15 am: Deberías estar saliendo del garaje con tu coche pero, sin embargo, aún estás en el baño cepillándote los dientes, haciendo que vayas con retraso.

07:25 am: Sales con el coche y nada más abrir la puerta del garaje ves la inmensa cola de coches que están el na calle y te impiden incorporarte a la circulación. Aún estás más dormido que despierto, pero consigues llegar a tu mayor nivel de consciencia gracias a los innumerables sonidos de claxon, luces de semáforos que parecen linternas a menos de 10 centímetros de tu cara y que consiguen despertarte del todo. Enciendes la radio y escuchas al hombre del tiempo informándote (eso sí, muy amablemente) de que se esperan seis días de lluvia intensa a causa de una borrasca procedente de las islas británicas, chafándose, de esta forma, tus planes para el fin de semana. 
Cuando por fin estás de camino al trabajo, empiezan a hacerse realidad las predicciones meteorológicas, retrasando aún más la llegada a tu queridísimo trabajo, donde deberías estar a las ocho en punto. 

08:20 am: Finalmente, llegas a la oficina (tras haber estado buscando un lugar para estacionar tu vehículo durate más de diez minutos y varios "piques" con otros compañeros de trabajo por las preciadas plazas del reducido aparcamiento. Ya estás en la mesa, abres el primer cajón y te encuentras con más de veinte informes sobre los que tienes que trabajar y tener listos para la reunión de las 10.

Conclusión, no son ni las ocho y media y tienes más estrés que un estudiante de segundo de bachillerato minutos antes de entrar en su primer examen de la temida selectividad.

Entre los cientos de definiciones del estrés, la que más completa me ha parecido ha sido la de Hans Selye (1950), para el cual, el estrés era una reacción de activación del organismo completo frente a estresores, es decir, frente a todo lo que se evalúa como una demanda, una amenaza o un daño hacia nosotros. 
Selye también postuló el conocido como Síndrome de Adaptación General (SAG), estableciendo que el cuerpo reaccionaba ante el estrés en tres fases claramente diferenciadas:

  1. Etapa de alarma: es la primera reacción que experimenta nuestro organismo ante la presencia del agente estresor, en este periodo se produce la movilización de defensas.
  2. Etapa de resistencia: si los estresores continúan durante un tiempo prolongado y el organismo no es capaz de continuar con la resistencia.
  3. Etapa de agotamiento: pueden volver a apareces los síntomas de la etapa de alarma y si no se produce una relajación pueden apareces enfermedades motivadas por estas situaciones.




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