martes, 12 de noviembre de 2013

Úlceras por presión

Hoy hablaremos sobre las úlceras por presión o por decúbito; uno de los temas que más trae de cabeza a los cuidadores de personas encamadas, por eso esta entrada va dirigida especialmente a ellos.

Las úlceras por decúbito son heridas en la superficie corporal  originadas por permanecer durante un tiempo prolongado en la misma posición, lo que hace que determinadas zonas del cuerpo estén sometidas a grandes presiones, con el consecuente deterioro del tejido cutáneo sobre el cual esta presión es ejercida.
Las heridas se suelen localizar en aquellas zonas donde los huesos están cercanos a la superficie corporal, es decir, la piel, por eso la gran mayoría de las úlceras se localiza en los talones, tobillos, caderas y codos.


Como ya dijimos, las escaras o úlceras se producen por la presión que soporte una parte del cuerpo durante un tiempo prolongado y, esta presión hace que disminuya el riego sanguíneo y el aporte de oxígeno en la zona.

No todas las personas van a tener las mismas probabilidades de sufrir las escaras, pues hay una serie de factores que aumentan el riesgo:

  • Movilidad: es la más importante, ya que las personas que tiene una movilidad muy reducida apenas se van a cambiar de la posición en la cama o en la silla en la que se encuentren, por eso son enfermos potenciales de úlceras.
  • Edad avanzada.
  • Mala alimentación, que se relaciona con la debilitación de los tejidos.
  • Humedad, que puede irritar la piel; por eso cuando se haga el aseo diario de estos pacientes es muy importante secar bien su piel.
  • Enfermedades circulatorias y respiratorias aumentan el riesgo de tener déficit en el aporte de sangre y oxígeno.
  • Lesiones medulares (tetraplegia, paraplegia,...).

En cuanto a la cínica, las escaras se manifiestan como una zona eritematosa (rojiza) no blanqueante, dolor, fiebre, deterioro epitelial y olor a putrefacción. 
Podemos diferenciar varios estadíos de las úlceras por presión:
diferentes estadíos de las úlceras

- Estadío 1: eritema en la piel, que aún se encuentra totalmente íntegra.
- Estadío 2: deterioro de las zonas más externas de la piel: epidermis y dermis.
- Estadío 3: necrosis (muerte tisular) con compromiso del tejido subcutáneo, llegando a poner en riesgo la aponeurosis.
- Estadío 4: afectación de músculo y hueso.

Con relación a la prevención, recomendamos los siguientes consejos orientados al cuidado de la piel:
  • Lavado de la piel con agua tibia, jabón neutro y esponja suave y, para secarla emplear una toalla suave y nunca frotar.
  • Hidratar la piel con cremas, para evitar la aparición de grietas o durezas.
  • No abusar de desodorantes, colonias y alcoholes, ya que aumenta la sequedad de la piel.
  • En personas que no controlan sus esfínteres es muy importante que no permanezcan mucho tiempo húmedas.
  • Dieta equilibrada, con bastantes proteínas, vitaminas y minerales.
  • Disminuir la presión en estas zonas mediante el fomento de la movilidad y la actividad física.
  • Cambios posturales, sobre todo en personas encamadas.
  • Hacer uso de almohadas y cojines para que disminuya la presión en la zona.
  • Emplear colchones antiescaras.


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